La Merope

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Ópera en versión concierto

 

Domènec Terradellas (Barcelona, 1713 - Roma, 1751), fue el compositor catalán más célebre del siglo XVIII. Con una fascinante vida artística y una obra rica y brillante, el Gran Teatre del Liceu quiere recuperar en tiempos modernos su ópera La Merope. 

 

(Presuntamente) asesinado a cuchilladas a Roma con 38 años de edad (por la envidia del compositor Niccolò Jommelli), conocemos poco de su biografía más de tres siglos después de su nacimiento.

 

Discípulo del maestro de capilla de la catedral de Barcelona Francesc Valls, fue a Nápoles, donde pudo estudiar con Francesco Durante, donde desarrolló el estilo por la música sacra. En Nápoles fue donde conoció, en los teatros de ópera, el gusto por el género lírico y donde hizo una importante aportación en el Barroco crepuscular y el anuncio inminente del naciente Clasicismo.

 

Después de su grande oratorio napolitano Giuseppe rinocosciutto (1736) llegaría su primer gran éxito: La Merope, estrenada en el Teatro delle Dame de Roma, 1743. Representó su triunfo definitivo en Italia. 

 

Le siguieron otros títulos como por ejemplo Artaserse (1744), Mitridate (1746) o Bellerofonte (1747), estos dos últimos en su periodo londinense como director del King’s Theater Haymarket, donde había triunfado Händel unos años antes. 

 

La última ópera de Terradellas, Sesotri (1751) será la primera partitura de un compositor catalán estrenada escénicamente en Cataluña, concretamente en el Teatre de la Santa Creu de Barcelona. 

 

Una biografía artística maravillosa donde trató con Gluck y compitió con otras de la calidad de Porpora, Galuppi o Hasse. Será Francesco Corti, reconocido clavicembalista y director de orquesta, quien, al frente de la AKAMUS (Akademie für Alte Musik Berlin), dé impulso a esta propuesta de devolver a la vida esta partitura de gran refinamiento orquestal y vocal que ha permanecido dormida demasiado de tiempo. Una música imaginativa, unas melodías llenas de vida, un gran ardor teatral y un gran sentido del drama permiten reivindicar a Terradellas.

 

"La historia del arte no es más que un martirio sin fin"

Gustave Flaubert

 

Ópera en tres actos.

Libreto de Apostolo Zeno.

 - Estreno absoluto: 1743 en el Teatro delle Dame de Roma.

 - Estreno en Barcelona: 07/1955 en el Jardí dels Tarongers en Can Bartomeu. 

 - Estreno en el Gran Teatre del Liceu.

Programa y reparto

Duración aproximada - 3h

 

POLIFONTE: Valerio Contaldo

MEROPE: Emőke Baráth

EPITIDE: Francesca Pia Vitale

ARGIA: Sunhae Im

TRASIMEDE: Paul-Antoine Bénos-Djian

LICISCO: Margherita Maria Sala

ANASSANDRO: Matthew Newlin

 

ORQUESTRA AKADEMIE FÜR ALTE MUSIK BERLIN

DIRECTOR: Francesco Corti

Gran Teatre del Liceu

El Gran Teatre del Liceu, creado en 1847 en la Rambla de Barcelona, es un teatro de ópera que a lo largo de los años ha mantenido su función de centro cultural y artístico. Es uno de los símbolos de la ciudad.

Actualmente es un teatro de titularidad pública (Generalitat de Catalunya, Ayuntamiento de Barcelona, Diputación de Barcelona y Ministerio de Educación, Cultura y Deporte) administrado por la Fundación del Gran Teatre del Liceu, que incorpora, además de las citadas instituciones, el Consejo de Mecenazgo y la Sociedad del Gran Teatre del Liceu.

Los orígenes. Del 1837 al 1847

El Liceu tiene su origen en la Sociedad Dramática de Aficionados, creada en 1837 en el antiguo Convento de Montsió por unos miembros de la Milicia Nacional, organización de ciudadanos armados de la época de signo liberal, bajo la iniciativa de Manuel Gibert.
La necesidad de crear un conservatorio de música en una Barcelona en plena expansión económica y demográfica pronto propició (1838) su conversión en el Liceo Filarmónico Dramático Barcelonés de S. M. la Reina Isabel II, que añadía al cultivo del teatro el del canto y la música a la italiana.
 

El edificio de la Rambla

El éxito del Liceo Filarmónico, junto con la voluntad de un grupo de destacados miembros de la burguesía barcelonesa dirigido por Joaquim de Gispert i d’Anglí, llevaron a la construcción de un nuevo y ambicioso teatro, digno de la importancia de la ciudad, que ha perdurado a lo largo de más de un siglo y medio, en el solar del antiguo Convento de los trinitarios de la Rambla.
El primer edificio, inaugurado solemnemente el 4 de abril de 1847, fue construido según los planos del arquitecto Miquel Garriga i Roca, pronto ayudado por Josep Oriol Mestres. El proyecto se financió mediante acciones mercantiles —que comportaban la propiedad privada de buena parte de los palcos y las butacas del futuro teatro— que dieron lugar a la Sociedad del Gran Teatre del Liceu, llamada «Sociedad de Propietarios», la cual, desde 1855, se convirtió en responsable única del Gran Teatre del Liceu al separarse jurídicamente del Conservatorio del Liceu.
La explotación del Teatro fue confiada desde un principio a empresas concesionarias de los espectáculos, que tenían la obligación de ofrecer un número determinado de representaciones, recibiendo, a cambio, los ingresos por la venta de las localidades no adscritas a la Sociedad.
Esta situación perduró hasta 1980.
 

La creación del Consorcio

El régimen económico que regía el Liceu se mostró inviable a partir del último cuarto del siglo XX. En 1980, el primer gobierno de la Generalitat de Catalunya, ante el peligro de desaparición de una institución del prestigio cultural internacional del Liceu, crea, junto con el Ayuntamiento de Barcelona y la Sociedad del Gran Teatre del Liceu, a las que se sumarían posteriormente la Diputación de Barcelona y el Ministerio de Cultura (1985 y 1986), el Consorcio del Gran Teatre del Liceu, que se hizo cargo de su gestión y explotación.
 

El incendio de 1994 y la construcción del edificio actual

El incendio del 31 de enero de 1994, que destruyó la sala y el escenario, causó un impacto emocional extraordinario en la sociedad catalana y replanteó de modo radical la propia existencia del Teatro. A fin de poder reconstruir, mejorar y ampliar este emblemático edificio, se hizo necesario un nuevo enfoque jurídico con miras a su titularidad pública: se creó la Fundación del Gran Teatre del Liceu (1994), y la Sociedad del Gran Teatre del Liceu hizo la cesión de la propiedad al Consorci del Gran Teatre del Liceu, integrado exclusivamente por las administraciones públicas  (cesión ratificada en 1997).
A partir del preexistente proyecto de Reforma y Ampliación de Ignasi de Solà-Morales (de 1986, al que se sumaron en 1988 Xavier Fabré y Lluís Dilmé), se realizó la reconstrucción, y el nuevo Liceu —con una apariencia fiel al anterior pero dotado de una infraestructura técnica muy avanzada y ampliado con los solares vecinos de la Rambla, calle Sant Pau y calle Unió — abrió sus puertas el 7 de octubre de 1999.

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