Malandain Ballet Biarritz: Marie-Antoinette

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Marzo 2025
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El destino excepcional de la última reina de Francia, tanto trágico como glamuroso, merecía un ballet: Thierry Malandain ha creado una pieza a medida para un espectáculo colorido, profundamente inspirado en Versalles y su Opéra Royal.

 

Designada como el genio maligno del reino y culpada de todas sus desgracias, antes de que su cuerpo fuera transportado en una carretilla, con la cabeza entre las piernas… María Antonieta, sin su despreocupación, sin su reticencia a ser reina, sin el Trianón, sin sus favoritos, sus coqueteos, sus diamantes, sin las descripciones de la corte exageradas por panfletos y caricaturas, sin la Revolución y la creencia de que el derramamiento de sangre contribuye al progreso, ciertamente habría continuado su existencia frívola y no habría muerto en tormento.

 

¿Cómo pudo una reina adorada por el pueblo perder su afecto antes de morir por su odio? ¿Cómo pudo ella, que encarnaba el símbolo de la realeza, ayudar a precipitar su caída?

 

El ballet de Thierry Malandain recrea la vida de María Antonieta en Versalles: desde su llegada a la corte el día de su boda y la inauguración del Opéra Royal, hasta su partida en octubre de 1789, que la condujo a su destino… Un magnífico espectáculo creado en 2019 en el Opéra Royal de Versalles.

Programa y reparto

Thierry Malandain - Coreografía
Joseph Haydn, Christoph Willibald Gluck - Música
Jorge Gallardo - Escenografía y Vestuario
François Menou - Diseño de Iluminación
Véronique Murat, asistida por Charlotte Margnoux - Realización de Vestuarios
Nicolas Dupéroir - Creación de Sonido
Frédéric Vadé - Realización de Escenografía
Annie Onchalo - Realización de Accesorios
Charlotte Margnoux - Realización de Tocados
Orquesta del Opéra Royal
Bajo el patrocinio de Aline Foriel-Destezet
Stefan Plewniak - Dirección

 

Creación 2019
Ballet para 22 Bailarines

Palacio de Versalles

Versalles, símbolo de la monarquía triunfante, tuvo una función artística igual que política. Luís XIV reunió en su dominio a los artistas más brillantes de la época, y permitió la eclosión de nuevos estilos. Este marco, configurado por las artes, fue el escenario de las fiestas más fastuosas: Teatro, ópera, ballet, fuegos artificiales, espectáculos ecuestres, náuticos y banquetes se sucedían en la cumbre.

Fiel a su historia, el Palacio de Versalles sigue siendo el escenario de una vida cultural y artística muy variopinta: Grandes Aguas, óperas, conciertos, ballets, grandes espectáculos, serenatas, Gran baile de disfraces y exposiciones de arte contemporáneo. Artistas de gran renombre vuelven a insuflar la vida a los espacios más hermosos con creaciones clásicas y contemporáneas.
 

El Palacio de Versalles (en francés: Château de Versailles, castillo, mansión de Versailles) es un edificio que desempeñó las funciones de una residencia real en siglos pasados. El palacio está ubicado en el municipio deVersalles, en Île-de-France. Su construcción fue ordenada por Luis XIV, y constituye uno de los complejos arquitectónicos monárquicos más importantes de Europa.

 

Con sus tres palacios, sus jardines y su parque, Versalles es un dominio inmenso. Si bien Luis XIII hizo edificar allí un pabellón de caza con un jardín, Luis XIV es su verdadero creador, ya que le dio su amplitud y determinó su destino.

Luis XIV dejó París y decidió construir Versalles como una pequeña ciudad alejada de los problemas. Tendría varias etapas constructivas, marcadas por las amantes de Luis XIV.

 

El jardín de Versalles es clasicista, ordenado, racionalizado. Con el paisajismo se obliga a la circulación. Crea una organización que relaciona todas las esculturas y fuentes y ensalza la monarquía. Las esculturas se señalan unas a otras. Progresiva civilización del jardín: muy ordenado, podado y cuidado en la zona próxima al palacio, y después se va asilvestrando, es decir que se hace más silvestre a medida que nos alejamos del palacio.

Tres siglos después de su creación, el dominio sigue siendo considerable pues cuenta con 800 hectáreas, 20 km de caminos, 200 000 árboles, 35 km de canalizaciones, 11 hectáreas de techumbre, 2 153 ventanas y 67 escaleras.

El conjunto del palacio y parque de Versalles, incluyendo el Gran Trianón y el Pequeño Trianón, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.

Versalles vivió el apogeo de la Francia de los Borbones, pero también su destrucción: en Versalles se establecieron los Estados Generales desde 1789 hasta el 6 de octubre. En esta fecha, el palacio fue tomado por el pueblo y el rey y su familia obligados a trasladarse e instalarse en París. Desde entonces Versalles quedó vacío. En 1792, tras la caída de la monarquía, fue saqueado. Napoleón Bonaparte acarició durante un tiempo la idea de convertirlo en su palacio imperial, pero Versalles ya no se utilizará hasta el retorno de la monarquía. Luis Felipe encargó a su ministro Camille Bachasson, conde de Montalivet la conversión del palacio en museo: de esa época data la dedicatoria: "A todas las glorias de Francia".

Versalles ya sólo se utilizó de forma episódica o anecdótica. El palacio fue el cuartel general del ejército prusiano en 1870 durante el asedio de París. El emperador alemán fue coronado el 18 de enero de 1871 en la Galería de los Espejos. En él se refugiaron, durante la Comuna, Adolphe Thiers y su gobierno, sentándose en el gigantesco hemiciclo, en los sillones color burdeos hasta 1879. Después fue el centro de las elecciones presidenciales de la III y la IV República. Se decoró con grandes frescos que evocaban la guerra, la agricultura, el comercio, la industria y la paz. El Tratado de Versalles se firmó el 28 de junio de 1919, que puso fin a laPrimera Guerra Mundial.

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