Orfeo ed Euridice

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Enero 2026
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Ópera semi-escénica

Azione teatrale per musica
Música de Christoph Willibald Gluck (1714–1787)
Libreto de Ranieri de' Calzabigi
Atto d'Orfeo de Le feste d'Apollo (versión de Parma, 1769)

El viaje del cantante tracio Orfeo al Inframundo, donde su música apacigua a demonios y al Dios de los Muertos, pertenece a uno de los mitos más populares de la Antigua Grecia. A lo largo de los siglos, ha sido celebrado en miles de libros y poemas, en pinturas, ballets, películas, canciones y, por supuesto, óperas, siendo L’Orfeo de Monteverdi de 1607 considerado uno de los primeros ejemplos de este género. Debe ser especialmente fascinante para un compositor crear algo para un personaje principal que, en la historia, es realmente cantante, y cuya música debe destacarse por su calidad y belleza frente al resto de la ópera.

La parte de este mito que estimula la fantasía romántica tanto del artista como del oyente es que el motivo de esta prueba es recuperar a una mujer amada. La fuerza de la música se convierte en símbolo del poder del amor, que hace invencibles a los humanos.

Conozca Orfeo ed Euridice de Gluck en una versión semi-escénica basada en la muy popular producción de Salzburgo creada para nuestro elenco. Desde noviembre de 2024, esta forma ha tenido un éxito sin precedentes en más de una docena de salas de conciertos europeas. ¡Ha llegado el momento de compartir esta maravillosa experiencia con nuestro público local!

 

Argumento

El primer verso de las arias, coros, etc., se ofrecen en italiano (versión de 1762) y en francés (versión de 1774).

 

Acto I

Un coro de ninfa y pastores se unen a Orfeo alrededor de la tumba de su esposa Eurídice en un solemne coro de luto. Desesperado, llora la muerte de Eurídice y solo es capaz de murmurar el nombre de Eurídice (Coro y Orfeo: Ah, se intorno/Ah! Dans ce bois). Orfeo aleja al resto y canta su dolor en el aria Chiamo il mio ben/Objet de mon amour, los tres versos están precedidos por expresivos recitativos. Esta técnica era extremadamente radical en la época y de hecho lo demostró para aquellos que le siguieron inmediatamente: Mozart eligió conservar la unidad del aria. Ante los lamentos e imprecaciones de Orfeo, los dioses a través de Amore (Cupido) le permiten descender al Hades para rescatarla, pero con la única condición de no mirarla hasta estar bajo los rayos del sol (solo 1774: aria de Amour, Si les doux accords). Como forma de animarlo, Amore informa a Orfeo que su actual sufrimiento durará poco con el aria Gli sguardi trattieni/Soumis au silence. Orfeo decide emprender la búsqueda. Solo en la versión de 1774 canta una ariette (L'espoir renaît dans mon âme) en el más antiguo, vistoso, estilo italiano, originariamente compuesto para un entretenimiento ocasional, Il Parnaso confuso (1765), y posteriormente reutilizado en otro, Le feste d'Apollo (1769).[


Acto II

En un paisaje rocoso, Orfeo es recibido en los infiernos por las amenazantes Furias, y el canto de Cerbero, su guardián canino (Chi mai dell’Erebo/Quel est l’audacieux). El coro de las furias es uno de los pasajes corales más representativos de la época, «Chi mai dell'Erebo». Cuando Orfeo, acompañado por su lira (representada en la ópera por un arpa), ruega piedad en el aria Deh placatevi con me/Laissez-vous toucher, se ve interrumpido al principio por gritos diciendo No! por parte de las Furias, pero al final se ven suavizadas por la dulzura de su canto en las arias Mille pene/Ah! La flamme y Men tiranne/La tendresse, y le dejan entrar (Ah, quale incognito affetto/Quels chants doux). En la versión de 1774, la escena acaba con la Danza de las Furias (n.º 28).[21]​

La segunda escena se abre en el Elíseo. El breve ballet de 1762 se convirtió en la Danza de los espíritus felices, de cuatro movimientos (con una parte destacada para solo de flauta) en 1774. A esto le siguió (solo en 1774) un solo que celebra la felicidad en la bendición eterna (Cet asile), cantada bien por un Espíritu anónimo o por Eurídice, y repetida por el coro. Orfeo llega y se maravilla de la pureza del aire en un (Che puro ciel/Quel nouveau ciel). Pero no puede deleitarse en la belleza de lo que le rodea, pues Eurídice no está todavía con él. Implora a los espíritus que la lleven consigo, lo que ellos hacen (Coro: Torna, o bella/Près du tendre objet).

 

Acto III

Orfeo y Eurídice emprenden el camino de regreso al mundo de los vivos. Eurídice está encantada de regresar a la Tierra, pero Orfeo, recordando la condición impuesta por Amore en el Acto I, la suelta de la mano y rechaza mirarla, sin explicárselo. Ella no comprende su acción y se lo reprocha, pero él debe sufrir en silencio (dúo: Vieni, appaga il tuo consorte/Viens, suis un époux). Eurídice toma esto como un signo de que él ya no la ama, y rechaza seguir adelante, concluyendo que la muerte sería preferible. Canta su dolor ante la supuesta infidelidad de Orfeo en el aria Che fiero momento/Fortune ennemie (en 1774, hay un breve dúo antes de la repetición). Incapaz de soportarlo más, Orfeo incumple la condición impuesta, girándose para mirar a Eurídice; nuevamente pierde a Eurídice. Desconsolado, el héroe llora lamentando la pérdida de su amada en la famosa aria Che farò senza Euridice?/J’ai perdu mon Eurydice ("¿Qué haré sin Eurídice? / "He perdido a mi Eurídice"). Orfeo decide suicidarse para unirse a Eurídice en el Hades. Cupido, apiadado por su llanto, lo detiene (sólo en 1774, el trío Tendre Amour-"Tierno amor") y en recompensa por su amor constante, resucita a Eurídice. Finalmente ambos enamorados regresan a su patria donde son recibidos entre el alborozo general. Después de un ballet de cuatro movimientos, todos cantan en alabanza de Amore (Trionfi Amore). En la versión de 1774, el coro (L’Amour triomphe) precede al ballet, al que Gluck había añadido tres movimientos extra.


 

 

 

 

Programa y reparto

Director musical | Gianluca Capuano
Maestro de coro | Jacopo Facchini
Orfeo | Cecilia Bartoli
Euridice & Amore | Mélissa Petit

Il Canto di Orfeo
Les Musiciens du Prince - Monaco

Ópera de Montecarlo

 

La Opéra de Monte-Carlo es una casa de ópera que forma parte del Casino de Monte Carlo, ubicado en el Principado de Mónaco.

Ante la falta de diversiones culturales disponibles en Mónaco en la década de 1870, el Príncipe Carlos III, junto con la Société des bains de mer, decidió incluir una sala de conciertos como parte del casino. La entrada pública principal a la sala era desde el casino, mientras que la entrada privada de Carlos III estaba en el lado occidental. Se inauguró en 1879 y se conoció como Salle Garnier, en honor al arquitecto Charles Garnier, quien la diseñó.

Durante la renovación de la Salle Garnier en 2004-2005, la compañía presentó óperas en la Salle des Princes en el local Grimaldi Forum, una moderna instalación de conferencias y actuaciones donde regularmente actúan Les Ballets de Monte Carlo y la Orquesta Filarmónica de Monte-Carlo.

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