Rigoletto

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De vuelta en el Teatro del Maggio: La puesta en escena de la obra maestra de Verdi con Davide Livermore en la dirección y el maestro Stefano Ranzani en el podio.

En abril de 1850, Verdi firmó un contrato con el Teatro La Fenice de Venecia para una nueva ópera. El tema que el compositor propuso al libretista Francesco Maria Piave fue Le Roi s’amuse, el drama histórico de Victor Hugo representado en la Comédie-Française en 1832 y censurado por haber retratado a la monarquía en sus peores vicios. La elección era peligrosa y Verdi lo sabía. De hecho, los censores venecianos inicialmente no aceptaron la propuesta del maestro, considerando el tema como “de inmoralidad repugnante y trivialidad oscura”. Lo que molestaba a los censores era el elemento de la maldición, que para Verdi era el motor de toda la acción, así como el primer título que pensó para la ópera. Después de un largo debate, se llegó a un compromiso: la acción se trasladó en el tiempo y el espacio, el rey de Francia fue degradado a duque de Mantua y la ópera se tituló con el nombre del protagonista: Rigoletto.

 

El primer título de la llamada ‘trilogía popular’, Rigoletto debutó con éxito el 11 de marzo de 1851, marcando un punto de inflexión decisivo en el panorama operístico de la época. Por primera vez, el papel principal fue confiado a un personaje de origen humilde, infeliz y deformado. Un hombre con una personalidad atormentada, Rigoletto era tan cínico y despiadado en su rol de bufón como amoroso y apasionado en el de padre. Inevitablemente marcado por esa maldición que lo acompañaba desde el principio de la ópera, Rigoletto perdería todo, incluso su posesión más querida, quedando aplastado por el peso de un destino del que no podía escapar.

Puesta en escena del Maggio Musicale Fiorentino

 

Argumento

La acción se desarrolla en la ciudad de Mantua (Italia) y sus alrededores, durante el siglo XVI.10​

 

Acto I

Escena 1: Salón en el palacio ducal

Se alza el telón y la escena se sitúa en un salón, en el palacio del duque de Mantua,11​ donde se está celebrando una fiesta. El duque canta a una vida de placer con tantas mujeres como sea posible (Questa o quella - Esta [mujer] o aquella). Se vanagloria de su nueva aventura de conquista hacia una desconocida joven del pueblo, a la que ha visto en la iglesia (más tarde, se descubrirá que se trata de Gilda, hija de Rigoletto), pero él también desea seducir a la condesa de Ceprano, a la vista de su marido. Rigoletto, el bufón jorobado del duque, se burla de los maridos de las damas a las que el duque está prestando atención, y aconseja al duque que se libre de ellos aprisionándolos o matándolos. Marullo comunica a los cortesanos que el bufón Rigoletto oculta a una «amante», y los nobles no se lo creen. Como casi toda la corte ha sido víctima de las burlas de Rigoletto, todos quieren devolverle las ignominias. Posteriormente, Rigoletto se burla del conde Monterone, otro a quien el duque ha insultado a través de la deshonra a su hija y que entra en escena reclamando venganza. El Duque manda arrestarlo. Monterone es arrestado mientras proclama la famosa maledizione que traerá la perdición a Rigoletto. La maldición aterroriza a Rigoletto.

Escena 2: Una calle, con el patio de la casa de Rigoletto

Rigoletto vuelve a casa preocupado por la maldición. Se le acerca un extraño, Sparafucile, un sicario que ofrece sus servicios a Rigoletto. Rigoletto contempla las similitudes entre ellos dos (Pari siamo! - "¡Somos parecidos!"); Sparafucile mata a los hombres con su espada, y Rigoletto usa "una lengua de malicia" para apuñalar a sus víctimas. Entra en la casa y allí encuentra a Gilda, su hija (a quien los cortesanos habían tomado como su amante). Gilda vive escondida y resguardada por su padre. Se saludan con afecto en el dúo Figlia!, Mio padre! - "¡Hija!" "¡Padre mío!", que muestra la relación entre ambos: Rigoletto es un padre cariñoso y temeroso de perder a su hija; Gilda es una niña ansiosa de conocimiento, aunque respeta mucho a su padre. Rigoletto ha estado ocultando a su hija del duque y del resto de la ciudad, y ella no conoce la ocupación de su padre. Puesto que él le ha prohibido aparecer en público, ella no ha estado más que en casa y en la iglesia y no conoce ni el nombre de su padre. Rigoletto insiste en que Gilda no salga más que a misa y que la acompañe su doncella, Giovanna.

Cuando Rigoletto se ha ido, el duque aparece y, escondido, se entera de que Gilda es en realidad la hija de Rigoletto y que se siente culpable por no haberle hablado a su padre del joven al que ha conocido en la iglesia, pero que ella lo amará todavía más si fuera pobre. Tras sobornar a Giovanna, el duque logra entrar en el jardín de la casa de Rigoletto y le declara su amor. El duque miente a Gilda sobre su identidad diciendo que es un estudiante (E il sol dell'anima - "El amor es el sol del alma"). Cuando ella le pregunta su nombre, él dubitativo se llama a sí mismo Gualtier Maldé. Afuera se oyen las voces de Ceprano y Borsa que planean el rapto de la supuesta amante de Rigoletto y Gilda teme que sea su padre de vuelta. Echa al duque después de intercambiar rápidamente votos de amor (Addio, addio - "Adiós, adiós"). El duque se marcha y Gilda se queda sola meditando por su amor por el duque, a quien cree un estudiante (Gualtier Maldè! ... Caro nome - "Querido nombre").

Más tarde, en la oscuridad de la noche los hostiles cortesanos se encuentran con Rigoletto en la parte de afuera de la tapia del jardín. Creen que Gilda es la amante de Rigoletto, se preparan para raptar a la indefensa muchacha. Convencen a Rigoletto de que están preparando el rapto de la esposa de Ceprano, le tapan los ojos y lo usan para ayudarlos con el rapto. Están todos enmascarados y Rigoletto ayuda, sin percatarse que está ayudando a raptar a su propia hija Gilda. Cuando Rigoletto se da cuenta ya es demasiado tarde. Lleno de angustia, se derrumba, recordando «Ah, la maledizione!».

 

Acto II

El palacio del duque

El duque está preocupado porque Gilda ha desaparecido (Ella mi fu rapita! - "¡Me la han robado!" y Parmi vedar le lacrime - "Me parece ver las lágrimas"). Entran los cortesanos y ofrecen al duque la supuesta amante de Rigoletto. El duque se da cuenta de que se trata de Gilda y va en su busca (Possente amor mi chiama - "El poderoso amor me llama"). Encantados por la extraña excitación del duque, los cortesanos ahora se divierten a costa de Rigoletto, quien entra cantando. Intenta descubrir dónde está Gilda pretendiendo que no le importa, pues lo que más teme es que haya caído en manos del duque. Finalmente, admite que de hecho está buscando a su hija y pide a los cortesanos que se la devuelvan; los cortesanos la niegan y el bufón encolerizado y desesperado dirige su Cortigiani, vil razza dannata - "Raza maldita de cortesanos". Los hombres golpean a Rigoletto después de intentar entrar en la habitación donde retienen a Gilda. Entra en escena Gilda quien ruega a su padre que despida a toda esa gente. Los hombres se marchan de la habitación creyendo que Rigoletto se ha vuelto loco. Gilda descubre a su padre lo que le viene pasando desde hace algún tiempo: que se ha enamorado de un joven a quien veía todos los domingos en la iglesia, que la ha cortejado diciéndole que era un pobre estudiante (Tutte le feste al tempio - "Todos los días festivos"), y que al ser raptada ha descubierto que en realidad se trataba del duque. Rigoletto planea vengarse del duque, mientras su hija pide que le perdone (dúo: Sì! Vendetta, tremenda vendetta! - "¡Sí! ¡Venganza, terrible venganza!").

 

Acto III

Una calle afuera de la casa de Sparafucile

A orillas de un río, se ve parte de la casa de Sparafucile, con dos habitaciones abiertas para que el público lo vea. Es de noche. Rigoletto ha encargado a Sparafucile asesinar al duque, pero antes debe desengañar a Gilda mostrando su comportamiento licencioso. Rigoletto y Gilda, que aún ama al duque, llegan al exterior. Se puede oír la voz del duque cantando la famosa aria La donna è mobile, hablando de la infidelidad y la naturaleza voluble de las mujeres. Rigoletto hace que Gilda se dé cuenta de que es el duque quien está en casa del asesino y que intenta seducir a la hermana de Sparafucile, Maddalena (Bella figlia dell'amore - "Hermosa hija del amor"). Entra en escena Maddalena, hermana y cómplice de Sparafucile, quien coquetea con el duque y este sucumbe a sus encantos fácilmente. Rigoletto llega a un acuerdo con el asesino, que está dispuesto a matar a su huésped por dinero, y le ofrece 10 escudosde oro por matar al duque. Rigoletto ordena a Gilda que se vaya a casa, coja dinero y vestida de hombre huya hacia Verona y afirma que él planea seguirla más tarde. El asesino y el bufón deciden que tras su muerte, el cuerpo del duque será puesto en un saco y arrojado al río.

Cuando cae la noche, se desencadena una tormenta y el duque decide pasar la noche en la posada. Sparafucile le asigna alojamiento en la planta baja.

Gilda, que aún ama al duque a pesar de saber que es desleal, regresa vestida de hombre. Oye a Maddalena intentando convencer a su hermano de que no lo asesine a él, sino al bufón. Sparafucile no puede asesinar a un cliente, amén de mostrar su preocupación por los diez escudos que aún le debe Rigoletto por terminar con el encargo, pero promete cambiarlo por el primer hombre que se presente en la taberna, si esto ocurre antes de la medianoche. Gilda decide sacrificarse para salvar al hombre del que se ha enamorado. Entra en la taberna pidiendo asilo, haciéndose pasar por un mendigo. De inmediato, Sparafucile la alcanza con su puñal, cae herida mortalmente.

A medianoche, acaba la tormenta y Rigoletto entra en escena con el dinero. Sparafucile le entrega el saco con el supuesto cuerpo del duque y se regocija en su triunfo. Cuando se dispone a arrojarlo al río, con piedras para que se hunda, oye la voz del duque desde el interior de la posada La donna è mobile. Horrorizado, abre el saco y, para su desesperación, descubre a su hija agonizante. Por un momento, ella revive y está contenta de morir en lugar de su amado (V'ho ingannato - "Padre, te he engañado"). Ella muere en sus brazos. La escena termina con el lamento desgarrador de Rigoletto en que recuerda la maledizione de Monterone.

Programa y reparto

DURACIÓN

Acto I: 1 hora | Intermedio: 30 minutos | Acto II y Acto III: 1 hora y 20 minutos
Aproximadamente: 2 horas y 50 minutos

 

ARTISTAS

Director: Stefano Ranzani

Director de escena: Davide Livermore

Escenografía: Giò Forma

Vestuario: Gianluca Falaschi

Iluminación: Antonio Castro

Video: D-Wok

Orquesta y Coro del Maggio Musicale Fiorentino

Maestro de coro: Lorenzo Fratini

El Duque de Mantua: Celso Albelo

Rigoletto: Daniel Luis de Vicente/Leon Kim (18/2)

Gilda: Olga Peretyatko

Sparafucile: Alessio Cacciamani

Maddalena: Eleonora Filipponi

El Conde de Monterone: Manuel Fuentes

Teatro del Maggio

El Teatro del Maggio se encuentra en el centro, cerca de las antiguas murallas de la ciudad, junto a la histórica Stazione Leopolda. El jardín que acoge a los visitantes es la Piazzale Vittorio Gui, que lleva el nombre del fundador de la Stabile Orchestrale Fiorentina y del Maggio Musicale Fiorentino.


En tren
Santa Maria Novella es la principal estación de tren de Florencia.
Desde allí se puede llegar al teatro caminando (unos 10-15 minutos) o en tranvía (una parada) o en taxi.


En coche
La Opera di Firenze se encuentra en las afueras de la zona de ZTL.
Es posible aparcar cerca del Parco delle Cascine o en el aparcamiento Porta al Prato (Via Elio Gabbuggiani, 7) y en el aparcamiento de Piazza Vittorio Veneto.


En autobús
Líneas C1, C2 y D (parada Leopolda);
Líneas 17 y 23A-B (parada Via delle Carra);
Líneas 17B-C, 22, 23N, 23 y 57 (parada Pierluigi da Palestrina);
Líneas 29, 29B, 29BA, 29BC, 29D, 30A, 30B, 30AC, 35 y 35° (parada Leopolda - Porta al Prato; Capolinea).


En tranvía
Línea T1 (parada Porta al Prato - Parco della musica).

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