Sondra Radvanovsky y Piotr Beczała - Concierto

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Ciclo Sinfónico de la Orquesta del Gran Teatre del Liceu

Para celebrar el genio de Puccini, el Liceu convoca a dos de las voces más queridas por su público

Giacomo Puccini, a quien conmemoraremos en 2024 con motivo del centenario de su muerte, es una de las últimas joyas de la ópera tradicional italiana. Sus obras son objetos de fascinación en todo el mundo y han conmovido a todas las generaciones de amantes de la música. Su lenguaje aparentemente sencillo y a la vez conmovedor convierte a Manon, Turandot, La bohème, Tosca o Madama Butterfly en inolvidables.   

Para celebrar el genio del compositor, el Liceu convoca a dos de las voces más queridas por su público: Sondra Radvanovsky y Piotr Beczała. En dos veladas extraordinarias se ofrecerán las arias y escenas más carismáticas del catálogo lírico pucciniano. La perfecta ocasión para rendir homenaje al compositor que mejor ha traducido las emociones de los personajes, pero también para revisar la galería de mujeres fuertes que sufren grandes tragedias sobre la escena y la colección de hombres que representan los detonadores de la propia acción. 

Un compendio de estados anímicos de lo humano que nos traen la semilla de la desesperación. 

Puccini, como paraíso sonoro, no podría encontrar a mejores embajadores para evocar la dimensión trágica que supera la literalidad, y así convertirse en una propuesta portadora de temas universales que habla de elementos inherentes a la condición humana como la vida, el amor, el deseo y la propia muerte. Regresar a Puccini es comprender que es un ideal moderno de la ópera que abrió un nuevo universo de expresiones. 

Radvanovsky y Beczała, con sus inolvidables voces, ofrecerán sobre el escenario del Gran Teatre del Liceu actitudes, emociones y sentimientos en este festival pucciniano memorable. 

Programa y reparto

Duración aproximada: 2h

Ficha artística

ORQUESTA SINFÓNICA DEL GRAN TEATRE DEL LICEU 

DIRECTORA: Keri-Lynn Wilson

Reparto

Soprano: Sondra Radvanovsky

Tenor: Piotr Beczała

Gran Teatre del Liceu

El Gran Teatre del Liceu, creado en 1847 en la Rambla de Barcelona, es un teatro de ópera que a lo largo de los años ha mantenido su función de centro cultural y artístico. Es uno de los símbolos de la ciudad.

Actualmente es un teatro de titularidad pública (Generalitat de Catalunya, Ayuntamiento de Barcelona, Diputación de Barcelona y Ministerio de Educación, Cultura y Deporte) administrado por la Fundación del Gran Teatre del Liceu, que incorpora, además de las citadas instituciones, el Consejo de Mecenazgo y la Sociedad del Gran Teatre del Liceu.

Los orígenes. Del 1837 al 1847

El Liceu tiene su origen en la Sociedad Dramática de Aficionados, creada en 1837 en el antiguo Convento de Montsió por unos miembros de la Milicia Nacional, organización de ciudadanos armados de la época de signo liberal, bajo la iniciativa de Manuel Gibert.
La necesidad de crear un conservatorio de música en una Barcelona en plena expansión económica y demográfica pronto propició (1838) su conversión en el Liceo Filarmónico Dramático Barcelonés de S. M. la Reina Isabel II, que añadía al cultivo del teatro el del canto y la música a la italiana.
 

El edificio de la Rambla

El éxito del Liceo Filarmónico, junto con la voluntad de un grupo de destacados miembros de la burguesía barcelonesa dirigido por Joaquim de Gispert i d’Anglí, llevaron a la construcción de un nuevo y ambicioso teatro, digno de la importancia de la ciudad, que ha perdurado a lo largo de más de un siglo y medio, en el solar del antiguo Convento de los trinitarios de la Rambla.
El primer edificio, inaugurado solemnemente el 4 de abril de 1847, fue construido según los planos del arquitecto Miquel Garriga i Roca, pronto ayudado por Josep Oriol Mestres. El proyecto se financió mediante acciones mercantiles —que comportaban la propiedad privada de buena parte de los palcos y las butacas del futuro teatro— que dieron lugar a la Sociedad del Gran Teatre del Liceu, llamada «Sociedad de Propietarios», la cual, desde 1855, se convirtió en responsable única del Gran Teatre del Liceu al separarse jurídicamente del Conservatorio del Liceu.
La explotación del Teatro fue confiada desde un principio a empresas concesionarias de los espectáculos, que tenían la obligación de ofrecer un número determinado de representaciones, recibiendo, a cambio, los ingresos por la venta de las localidades no adscritas a la Sociedad.
Esta situación perduró hasta 1980.
 

La creación del Consorcio

El régimen económico que regía el Liceu se mostró inviable a partir del último cuarto del siglo XX. En 1980, el primer gobierno de la Generalitat de Catalunya, ante el peligro de desaparición de una institución del prestigio cultural internacional del Liceu, crea, junto con el Ayuntamiento de Barcelona y la Sociedad del Gran Teatre del Liceu, a las que se sumarían posteriormente la Diputación de Barcelona y el Ministerio de Cultura (1985 y 1986), el Consorcio del Gran Teatre del Liceu, que se hizo cargo de su gestión y explotación.
 

El incendio de 1994 y la construcción del edificio actual

El incendio del 31 de enero de 1994, que destruyó la sala y el escenario, causó un impacto emocional extraordinario en la sociedad catalana y replanteó de modo radical la propia existencia del Teatro. A fin de poder reconstruir, mejorar y ampliar este emblemático edificio, se hizo necesario un nuevo enfoque jurídico con miras a su titularidad pública: se creó la Fundación del Gran Teatre del Liceu (1994), y la Sociedad del Gran Teatre del Liceu hizo la cesión de la propiedad al Consorci del Gran Teatre del Liceu, integrado exclusivamente por las administraciones públicas  (cesión ratificada en 1997).
A partir del preexistente proyecto de Reforma y Ampliación de Ignasi de Solà-Morales (de 1986, al que se sumaron en 1988 Xavier Fabré y Lluís Dilmé), se realizó la reconstrucción, y el nuevo Liceu —con una apariencia fiel al anterior pero dotado de una infraestructura técnica muy avanzada y ampliado con los solares vecinos de la Rambla, calle Sant Pau y calle Unió — abrió sus puertas el 7 de octubre de 1999.

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