Turandot

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Turandot - Giacomo Puccini

Ópera en tres actos y cinco escenas

Libreto de Giuseppe Adami y Renato Simoni

 

El estreno mundial de la última obra maestra de Giacomo Puccini tuvo lugar en La Scala el 25 de abril de 1926. El compositor falleció en Bruselas el 29 de noviembre de 1924 sin completar la partitura. Arturo Toscanini le encargó a Franco Alfano la preparación de un final, cuya composición resultó problemática. La noche del estreno, Toscanini dejó la batuta en la última nota compuesta por Puccini, a la muerte de Liù, un gesto que pasó a formar parte de la historia de La Scala y se conmemora en la producción concebida por Davide Livermore para el centenario de Puccini. Esta suntuosa producción, que combina maravillas tecnológicas con maestría artesanal, vuelve a la carga bajo la dirección de Nicola Luisotti y marca el regreso a La Scala de Anna Pirozzi, una de las intérpretes italianas más aclamadas del papel de Turandot, junto a Roberto Alagna como Calaf y Mariangela Sicilia como Liù.

 

Argumento

Acto I

Cuadro I

En la primera escena el pueblo de Pekín escucha la proclama de uno de los mandarines del emperador ("Popolo di Pechino..."), por la que hace saber que la princesa se casará con aquel príncipe que responda correctamente los tres acertijos impuestos por su majestad. De no hacerlo así, el pretendiente morirá. Acto seguido, se comunica que el Príncipe de Persia ha fallado; por lo tanto morirá al salir la luna. La gente acude en masa a tal suceso. Llega entonces a la ciudad un anciano ciego, acompañado por una mujer que lo guía. Entre la multitud el ciego cae al suelo y es recogido por otro desconocido, que inmediatamente le reconoce como su padre: se revela entonces que el ciego es en realidad Timur, rey de los tártaros, quien, tras perder la batalla, fue exiliado junto a una esclava, Liú, que le sirve de guía y mendiga por él. El desconocido que le recoge no es otro que Calaf (cuyo nombre se descubre al final de la ópera, conociéndose a lo largo de ella como "el ignoto" o "el desconocido"), el príncipe tártaro, quien, ante el gesto de la esclava, pregunta por qué tan noble acto, y ella responde tímidamente que porque "un día, en palacio, usted me sonrió".

 

El verdugo Pu-Tin-Pao aparece ante el clamor del pueblo, que canta sobre la sangre derramada en el reino de Turandot, la princesa. Todo es jolgorio hasta que aparece el príncipe de Persia, joven apuesto y sereno, y el pueblo enmudece de compasión; enseguida piden piedad por su vida ("O giovanotto! Grazia, grazia..."). El desconocido príncipe que había ayudado a su padre en las calles observa con horror el espectáculo y se une al pueblo despreciando tan cruel acto. Pero es allí cuando hace su aparición la princesa, quien, con un gesto inmisericorde, ordena al verdugo que prosiga con la ejecución y vuelve a sus aposentos. El príncipe de misterioso origen cae completamente cegado ante la belleza de la princesa ("O divina bellezza! O meraviglia!"), de tal forma que decide quedarse allí y, sin escuchar las súplicas de su padre y de la esclava para entrar en razón, decide probar su suerte para conquistar el corazón de la princesa. Cuando se dispone a golpear el gong tres veces para entrar a la prueba, tres ministros del emperador, Ping, Pang y Pong, le cortan el paso para intentar convencerlo de que no se arriesgue por algo así, ya que, de todas formas, Turandot es solo una mujer y, siendo él tan poderoso, podría conseguir cuantas mujeres quisiera.

En ese momento, algunas cortesanas aparecen pidiendo silencio. Liú, la esclava, ruega otra vez al príncipe que desista, en uno de los momentos más dramáticos y cautivadores del primer acto, un aria que requiere un tono soprano muy cuidado en su modulación y ejecución ("Signore ascolta"). Pero el príncipe le dice que ya es tarde ("Non piangere Liù"), y que lo hará de todas formas, por lo que le pide que acompañe a su padre antes de dirigirse al gong gigante montado en el escenario, que golpea tres veces (uno de los momentos más dramáticos de la ópera).

 

Acto II

Cuadro I

Cerca del palacio del Emperador

Los tres ministros, Ping, Pang y Pong, narran sus desventuras y las situaciones por las que han tenido que pasar por el capricho de la princesa, en un acto más liviano para el espectador. Hacen un repaso de los distintos pretendientes que la princesa ha tenido y los tres cantan para finalizar, que puedan por fin volver un poco a sus hogares para descansar tras un final feliz con casamiento y poder lograr así un poco de paz para China. Desde el palacio les anuncian que se presenten para el enésimo pretendiente, lo que nos lleva al siguiente cuadro.

 

Cuadro II

Palacio del Emperador

Llegan los ministros, y los guardias y cortesanas se aprestan a la llegada del emperador, quien preside la ceremonia, aclamado por el pueblo. Él mismo intenta advertir y detener al príncipe, deseando querer parar con el baño de sangre y no queriendo "cargar con el peso de la joven vida" por las pruebas, pero recibe la negativa del solicitante. El mandarín lee nuevamente la ley impuesta al perdedor, quien deberá morir si falla.

Turandot aparece en escena y explica el porqué de su fría actitud frente a sus pretendientes ("In questa reggia..."). Una de sus antepasadas, la princesa Lou-Ling, fue violada por un extranjero y dejada por muerta. Ella desea vengarla entonces, imponiendo su prueba mortal a todos los príncipes que vienen de distintos reinos para conquistarla. Luego, Turandot misma, formula los enigmas. El primero es: "En la oscura noche vuela un fantasma iridiscente. Se eleva y despliega las alas sobre la negra e infinita humanidad. Todo el mundo lo invoca y todo el mundo lo implora, pero el fantasma desaparece con la aurora para renacer en el corazón. ¡Y cada noche nace y cada día muere!". El príncipe piensa y acierta respondiendo: "la esperanza". Turandot prosigue: "Surge como una llama, y no es llama. Es a veces delirio. Es fiebre de ímpetu y ardor. La inercia lo torna en languidez. Si se pierde o mueres, se enfría. Si anhelas la conquista, se inflama. Tiene una voz, que escuchas palpitante, y del ocaso, el vivo resplandor", y la respuesta al segundo enigma es "la sangre". Finalmente, temblorosa y perdiendo la compostura, formula el tercer enigma: "Hielo que te inflama y con tu fuego aún más se hiela. Cándida y oscura. Si libre te quiere, te hace más esclavo. Si por esclavo te acepta, te hace rey". Al verlo dudar por varios instantes, Turandot ríe de la suerte del concursante. Éste, al observarla directamente a los ojos y contemplar su belleza, se reincorpora triunfante y responde: "Turandot". El consejo de mandarines acepta la respuesta como correcta y el reino se regocija, vitoreando al ganador. Entonces, ella clama a su padre por piedad que no entregue a su hija en manos de este extranjero, pero el emperador contesta que la palabra fue dada. El príncipe, al ver la resistencia de la princesa le propone un nuevo acertijo: si ella adivina su nombre antes del alba, él morirá ("Dimmi il mio nome e all'alba morirò..."). Ella acepta la apuesta.

 

Acto III

Turandot ordena que habrá pena de muerte para todo aquel que sepa el nombre del príncipe y no lo diga. Los guardias recorren las calles entonces, pidiendo que nadie duerma en Pekín. El príncipe entonces canta el aria más famosa de la ópera, Nessun dorma ("Nadie duerma") en la noche, y que es la pieza más destacada de la obra. Ping, Pang y Pong se presentan nuevamente intentando convencer al príncipe otra vez para que termine con esto, intentando ofrecerle mujeres y riquezas, pero él sigue firme en su decisión de conseguir lo que se propuso. Los guardias, entonces, encuentran a su padre, Timur, y a Liú, a quien amenazan de muerte para que revele el nombre del príncipe. Llegan la princesa y Ping, quienes, a través del verdugo, empiezan a torturarla, pero Liú, entonces, declara que ella sabe el nombre, pero se niega a declararlo incluso diciendo que pueden torturarla hasta el cansancio, pero ella no cederá. Se ejecuta entonces otra importante aria dentro de este acto, cargada de dramatismo romántico en donde Turandot pregunta a Liú el porqué de su fuerza interior para soportar tal dolor ("Chi posse tanta forza nel tuo cuore?"), a lo que la esclava responde que es amor ("Principessa, l'amore!"). Le brinda entonces, según sus palabras, su amor a su señor mediante el silencio del amor inconfeso, agregando que si ella le brinda su nombre, ella le dará su amor y ya no le quedará nada. Le advierte incluso a la princesa que ella también caerá rendida a su amor, y en un acto final de sacrificio por amor ("Tu che di gel sei cinta"), toma una de las armas de los guardias a su lado y se suicida. El coro de la gente de Pekín grita "Parla! Parla! Il nome!", mientras Liú muere en brazos del príncipe, manteniendo su palabra hasta el final. Su padre, Timur, se retira junto al cuerpo de Liú, el cual es trasladado por los guardias a su morada final. Perturbado por el acontecimiento, el príncipe se enfrenta a Turandot recriminándole su frialdad al derramar sangre inocente ("Principessa di morte, Principessa di gelo!") y agregando que "su hielo es una mentira". Tras una larga conversación, el príncipe logra besarla, quebrando la rígida actitud de la vengativa monarca, al punto de que acepta su derrota, pidiéndole que no la estreche entre sus brazos. Finalmente, el príncipe, con resignación revela su nombre: "Io son Kalaf, figlio di Timur" ("Soy Calaf, hijo de Timur"). Es el amanecer, y suenan las trompetas de palacio.

Programa y reparto

Director musical: NICOLA LUISOTTI
Dirección escénica: DAVIDE LIVERMORE
Escenografía: ELEONORA PERONETTI, PAOLO GEP CUCCO, DAVIDE LIVERMORE
Vestuario: MARIANA FRACASSO
Iluminación: ANTONIO CASTRO
Video: D-WOK

 

Reparto
Princesa Turandot: Anna Pirozzi (1, 9, 12, 18, 24 y 29 de abril) / Ewa Plonka (8, 11, 14 y 21 de abril)
El Emperador Altoum: Gregory Bonfatti
Timur: Riccardo Zanellato (1, 9, 12, 18, 24 y 29 de abril) / Adolfo Corrado (8, 11, 14 y 21 de abril)
El Príncipe Desconocido (Calaf): Roberto Alagna (1, 9, 12, 18, 24 y 29 de abril) / Angelo Villari (8, 11, 14 y 21 de abril)
Liù: Mariangela Sicilia (1, 8, 9, 11, 12, 14, 18 y 21 de abril) / Selene Zanetti (24 y 29 de abril)
Ping: Lodovico Filippo Ravizza
Pang: Paolo Antognetti
Pong: Francesco Pittari
Un mandarín: Alberto Petricca
El Príncipe de Persia: Haiyang Guo

 

Música de Giacomo Puccini
(tercer acto completado por Franco Alfano - Editorial Casa Ricordi, Milán)

Orquesta y coro del Teatro alla Scala
Coro de voces blancas de la Academia del Teatro alla Scala
Producción del Teatro alla Scala

Teatro alla Scala

El teatro alla Scala (también conocido como La Scala) de Milán es uno de los teatros de ópera más famosos del mundo.

La temporada del teatro suele iniciarse el 7 de diciembre, día de San Ambrosio, santo patrón de Milán. Todas las funciones deben terminar antes de la medianoche; las óperas más largas deben comenzar más temprano.

Entre los más grandes directores del Gran Teatro hay que citar figuras como Arturo Toscanini, Gianandrea Gavazzeni, Claudio Abbado, Georges Prêtre, Riccardo Muti y Daniel Barenboim.

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